Observatorio Latinoamericano Nº 1 «Dossier Haití», febrero de 2010
Tè tremblé es la palabra que en idioma créole, la lengua popular de Haití, da cuenta del cataclismo. Traducida al castellano significa, literalmente, la tierra tembló o, si prefiere, terremoto.
Como es de público conocimiento, el pasado 12 de enero del año en curso Tè tremblé en la parte occidental de la isla caribeña que Cristóbal Colón llamó La Española cuando llegó a sus costas en diciembre de 1492. El terremoto fue de intensidad 7 en la escala Ritcher (cuyo máximo es 10), afectando particularmente a la ciudad de Port-au-Prince, la capital del país. Está considerado el seísmo más fuerte vivido por los haitianos desde 1770. Siendo un fenómeno de la naturaleza, de una magnitud terrible por sus resultados, no menos cierto es que las condiciones sociohistóricas del país han agravado considerablemente el desastre.
Es por esta razón que me ha parecido conveniente y necesario –personal e institucionalmente- ofrecer una información y unos análisis que permitan comprender y explicar mejor lo que la acción humana hizo para potenciar, para mal, la de la naturaleza.