Observatorio Latinoamericano Nº 15 «México urgente: entre el dolor y la esperanza», Marzo 2015
Hablar de México hoy duele. Ayotzinapa, si bien no fue la primera masacre cometida en tierra azteca –sabemos que existe un largo y trágico memorial de agravios, que se remontan incluso a los tiempos de la conquista– rebalsó el vaso de la impunidad, haciendo que el hartazgo frente a tanta muerte naturalizada se volcara a las calles del país, ni bien se conocieron los detalles del horror.
Tras el espanto ante el asesinato a mansalva de varios jóvenes y la desaparición de 43 normalistas entre la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, la rabia se convirtió en un poderoso combustible político de la protesta y la exigencia de aparición con vida de los estudiantes, tanto en México como en el resto del mundo. De ahí en más, los vaivenes de la movilización social y la crisis de un Estado en evidente connivencia con el crimen organizado y el narcotráfico, convirtieron a este país en un volcán en ebullición. Atendiendo a la delicada coyuntura que se vive en México, decidimos dinamizar un nuevo número del Observatorio Latinoamericano, con el propósito de analizar los antecedentes y las diferentes aristas de este verdadero crimen de Estado cometido en Guerrero, dando cuenta también de las múltiples resistencias que despliegan los movimientos populares y las comunidades a lo largo y ancho del país. Asimismo, nos parecía relevante poder incorporar lecturas acerca de lo que varios autores consideran que constituye una crisis de régimen y de Estado, en función de la coyuntura que involucra no solamente al narcotráfico y a los poderes públicos, sino también a un creciente descontento que se ha manifestado en las calles en los últimos meses, a partir del hartazgo frente a la crítica situación que emergió tras la desaparición de los 43 estudiantes de la
Escuela Rural “Raúl Isidro Burgos” en el sureño municipio de Iguala.
El presente número del Observatorio Latinoamericano está dividido en tres partes. En la primera, se abordan precisamente los antecedentes históricos y el contexto social y político que signó a la masacre de Ayotzinapa, así como los acontecimientos posteriores que se sucedieron en el estado de Guerrero y en el resto de México, con fuertes movilizaciones, cuyos principales reclamos fueron la exigencia de justicia y la denuncia de la responsabilidad estatal en este proceso. Desde diversas miradas y puntos de vista, los artículos que componen esta sección buscan entender no solamente el porqué de la masacre, sino en paralelo reconstruir la digna lucha de las Escuelas Normales Rurales de las que formaban parte los 43 jóvenes desaparecidos en septiembre de 2014. Por su parte, la segunda sección está dedicada a brindar un panorama amplio acerca de las múltiples resistencias de los movimientos sociales y las comunidades indígenas que luchan y construyen autonomías y poder popular en sus territorios, en contextos donde el despojo de derechos colectivos y de bienes comunes, el narcotráfico y la superexplotación resultan engranajes fundamentales del sistema de dominación imperante en el país. Esta dimensión –la de la resistencia muchas veces subterránea pero persistente de lo que Guillermo Bonfil Batalla llamaba el México profundo– ha sido por lo general invisibilizada o tergiversada por la academia y por los medios de comunicación hegemónicos, o bien, criminalizada desde el Estado. De ahí la importancia de compartir, en estas primeras dos secciones, una serie de artículos, pero también entrevistas y testimonios directos de sus protagonistas, que doten de centralidad a las y los de abajo en esta delicada coyuntura que se vive y se sufre en el México de hoy. Por último, en la tercera parte se incluyen análisis teóricopolíticos y periodísticos que buscan dar cuenta de la aguda crisis desencadenada –o que ha cobrado mayor profundidad, de acuerdo a cuál sea la lectura– tras la masacre de Ayotzinapa. La imagen común es la de un Estado crecientemente autoritario y en descomposición, que ejerce de manera descarnada su violencia y pierde en forma simétrica ese monopolio de la coerción, al calor de la erosión de la legitimidad y consenso por parte de las poblaciones que, vulneradas en sus más elementales derechos, se ven afectadas por el narcotráfico, la corrupción endémica y la complicidad gubernamental, así como por políticas regresivas en materia socio-económica, que han implicado una continuidad y exacerbación del neoliberalismo en México.