Conversatorio con la Dra. Ana Cecilia Dinerstein: Afirmación como Negatividad. Marxismo, la ‘otra’ teoría crítica para repensar las luchas en América Latina
Miércoles 4 de abril de 2018, 15 hs. en la sala 306 del IEALC
PROPUESTA PARA EL CONVERSATORIO
¿Cuál es el poder de crítica de la negatividad a la luz de las luchas por la reproducción social en América Latina del presente? ¿Es la negación el único camino hacia la emancipación como sugiere Agnoli? ¿Cuáles son las tensiones y contradicciones entre la necesidad de negar la forma valor, y la necesidad de afirmar la vida, en una sociedad donde la reproducción de la vida está mediada por la forma valor dinero? Enfrentados a una crisis de reproducción social, a una crisis de civilización, es necesario repensar una vez más la inseparabilidad de la teoría y la práctica como principio fundamental del Marxismo como teoría de lucha. Discuto la importancia de la constelación de luchas en búsqueda de formas alternativas de reproducción social y propongo que éstas no suponen una acción positiva sino afirmativa. Mientras la primera acepta el mundo tal cual es buscando acomodarse, la segunda niega dicho mundo a través de afirmar la alternativa por medio de una crítica experimentada, vivida. Establecer esta diferencia entre luchas positivas y afirmativas resulta fundamental para reconocer el potencial crítico y revolucionario de las utopías concretas emergidas en busca de formas alternativas de reproducción de la vida más allá de la forma valor. Sin esta diferenciación, el principio de negatividad se convierte en una crítica abstracta, desprendida del movimiento real de lucha, sin especificidad histórica y, además, colonial, i.e. partícipe de la opresión de la crítica experimentada de los sujetos subalternos que no encuentran eco en la teoría crítica. El Marxismo como teoría de lucha es entonces el movimiento permanente y contradictorio, desilusionable y complejo, dirigido hacia la negación de todo lo que existe a través de la apertura de nuevos horizontes en un mundo donde pareciera no existir otros horizontes más que los que nos impone la forma valor.